Miguel Ángel Cisneros

Guardianes

Los gatos van de un lado a otro

arañando ventanas en la atmósfera

para alcanzar ruidos curiosos.

 

Deambulan de nube en nube,

tejiendo sobre el aire azoteas

que resguardan a sus consentidos.

 

Construyen redes con finas agujas,

 para atrapar los miedos, y proyectan sobre el suelo

 trampolines para divertir a sus protegidos

y asegurarse de que ellos siempre caigan de pie.

 

Toman la forma de querubines

que alzan su vuelo en cualquier lugar

 dentro y fuera de su castillo,

evitando que la melancolía se cuele

 entre los resquicios que ocasionan

las penas mal digeridas,

o mal cocidas, si es el caso.

 

 

Ellos fingen no saber lo que sucede a su alrededor

 para no restarle méritos a quienes más aman.