Con ternura mis dedos
quitan lentamente un tirabuzón
de tu faz durmiente,
y con un beso despertarte.
para que tu día con mi sonrisa comienze,
reflejada en en tus ojos de lapislázuli
Como si fueran magnetizados
mi labios a los tuyos se acercan
y en un beso ardiente fusionan,
convertiendo nuestros alientos en cenizas,
acto para desterrar nosotros mismos
a nuestro propio mundo
de placer sempiterno
Con tus brazos levantados
me sostienes en tu abrazo,
y mi lengua viaja hasta tus pechos
donde sin resistencia me rindo,
un preso de cadena perpetua
por culpa de mi sed insaciable,
solo en tal momentos de dicha aplacada
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La foto por cortesía de Jérome Coppo