Sonríe a los hálitos de la noche tu encanto
con inmaculados labios de blanca azucena
y tu risa en las azules bóvedas resuena
cual de grácil ruiseñor el melodioso canto.
El vacío de tu risa aviva mi llanto
en el claro sopor de la noche serena,
en mi soñar me arrulla tu voz de filomena,
su ausencia me causa doloroso desencanto.
La verde aura de tus ojos aterciopelados
besa los rosados labios de la nívea aurora
cuando tu rutilante fulgor llega a su fin.
En el cielo mueren los parpadeos irisados
de las estrellas cuando tu faz se decolora
y ya no brilla una sola rosa en tu jardín.
En las alas del viento