Con cien palabras
que callo
fabricó una pincelada
de silencio
un trazo simple
y delgado
que evoca
lo que siento lejano
pero que toco
y tengo
a la par
que me retiene
sin amordazarme
ni impedir
mi derecho al salto
aguzando
el instinto primitivo
de enderezar
el horizonte
con el pulso atento
y la mirada lista
papel en mano
para acuareliar
la bienvenida
Eduardo A Bello Martínez
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