Emprendo mi viaje tras un amanecer
Después de recorrer bajo el sol de dos días cientos de millas, llego al borde de su opuesto,
Sumergiendo me en su calidez empapando me totalmente.
Todo va bien pero hasta las rosas tienen espinas.
Entre risas y olas la luna sale y nos sorprende entre el asfalto y la maleza,
bajo verdes hojas,
Cubiertos con el cálido sereno de la noche.
Horas y horas transcurrían mientras esperábamos nuestro retorno.
Al final las estrellas escoltaban la noche,
creo que parpadiáron en un instante,
porque aún bajo los ojos de la luna interrumpiendo el sueño de muchos me encontré abrazando la muerte al borde de un obscuro barranco
Imitando a los monos con maniobras casi expertas en la obscuridad de la noche burlamos la muerte,
la bella pero traicionera muerte.
Despedimos la luna ahora bajo el manto de la madrugada,
seguimos nuestro retorno utilizando al sol como linterna para el resto de nuestro camino a casa,
Hoy ese viaje con el tiempo se ha vuelto recuerdos en eternas memorias.
La vida! Una eterna experiencia que solo la muerte pondra fin.