Paleornis

A UNA PALOMA MUERTA, EN LA ESCALINATA DE LA FACULTAD. Por Paleornis.

Te vi sobre la piedra fría,

inmóvil,

tus alas abatidas.

Gris el duro lecho

en el ocaso de tu vida

breve,

gris tu cuerpecito

mustio y aterido.

 

No sé por qué me detuve

al verte.

Viento, frío,

y tú cúmulo de neblina

me pareciste tan sola,

y tan horrible, losa tan dura

en vez de blando nido.

 

Una lágrima corrió

por mi rostro asombrado,

acarició mi mejilla

y descendió por ella,

llegó hasta tu cuerpo,

brillaba entre tus plumas,

de gris, paloma muerta.

 

Fue el deshojar de mi tristeza,

que vivía en tu cuerpo.

Confundidas tus plumas y mi perla,

quedaron aprisionadas

por la niebla.