Mil amaneceres y aún naces día a día
tu asombro te mantiene viva
en esa vida nueva, pequeñita,
que te bautiza de verso en su linda poesía.
A todo el universo que te inunda, le preguntas
y puedes sentir el milagro, él te lo anuncia.
La belleza y el alcance de lo fundamental
está en tu mente blanca y tu consciencia limpia.
Y si más afanes llegan
con necesidades que castiguen fuerte
a las manos y cariños que te cuidan
inundándolos con escaceces
tal vez la realidad te vestirá de grande
y achicará los instantes que tendrás de niña.
Y la rutina, la crueldad y la crudeza adelgazarán miradas
para que seas útil sin importar si eres tú misma,
preocupándote de casar en las costumbres.
Y si sobrevives, sonreir a como dé lugar
para mostrar que la felicidad está ahí, en la fachada.
Y quizá, adulta, intentarás alcanzar la felicidad artificial,
la que se compra, la que sale en las portadas
para intentar imitar y superar
a la que hoy auténtica los asombros te regalan.
Y cuando tu vida en La Vida ya madure,
volverás a ti, a la de hoy
y se amarán en la pureza que hoy posees.
Y tu yo genuino deseará con toda el alma
volver a ver nacer honesta en la mirada
la profundidad hermosa de esa muñeca de madera.
Miro tus ojos bellos y siento que abarco tu trayecto.
Ojalá jamás te olvides de ti
y así renazcas si te fallan, si te fallas.
A tiempo.
Antes que mueras.
#LuisAlbertoR
(Fotografía del cubano Alberto Korda en La Habana 1959)