No comprendo la necedad de desear lo prohibido,
pero siempre se me olvida cuando te miro...
El amante
He vuelto a mirar tus ojos,
el tumbar de mi corazón,
rompió en cristales,
sueños que se prolongan,
que anulan esos males.
Tú estás allí,
y me penetras con ansias,
te burlas de mi sentir,
mientras en tus brazos,
me acabas y me sofocas.
No puedo mirar el sol,
¡qué se yo!,
todo vuelve a girar,
en torno tuyo,
y te doy mi cuerpo,
para que lo provoques,
más no te doy mi alma,
esa no está contigo,
eso será tu castigo
y para mí,
el único alivio.