Es la tarde un sartén de primavera
que dora los minutos de mi vida;
con aceite de flores amarillas
las carnes de mi cuerpo y alma humean.
¿Quién prepara las carnes de mi cuerpo
mientras bebe los vinos de mi alma?
Tiene el tedio un apetito inmenso
y sed la pena: tiene sed de lágrimas.
Los deliciosos muslos juveniles
se llevarán al diente otros minutos,
mientras el pensamiento va y persigue
la luz que lo conduce al sueño oscuro.
Es la tarde un sartén de primavera
que sala con piedad la mano mía,
con guarnición de exacta compañía
me sirven en grandiosa y limpia mesa.