susoermida

TROMBA.

Tenían tus hombros la ciencia del color

y la propiedad de un deseo considerado.

Había en ellos un descalabro húmedo

y una fatiga por llegar a un puerto.

Resbalaban por el desamparo de la intención

viejos besos que ya conoces.

Vitales formas de un deseo donde se cansan

los viejos labios de labios viejos que ya distingues.

 

En una servilleta de azufre y agua consumida

guardé tu nombre y el sonido olvidado

y mojado, de una ceniza que tiene colores ensimismados.

En ella apunté cada latido de tus palabras

y cada beso que es naufragio de refugios que quieren recogerte.

En esa misma servilleta escribí invencibles palabras

que son verbos o perturbadas intenciones.

O aguas secas de un contenido rio

que se ríe de las cascadas de su cauce.

 

 

Te amo desde los pies hasta el nombre olvidado de tu pelo.

Desde las uñas de tu andar hasta la region

de las cantidades olvidadas del desamor.

Desde lo diurno de tus jardines

hasta la ultima luz de una marchita flor de tus ojos.

Y considero la impronta de tu entrega

como un regalo de cárceles abiertas que desprecian

a este delincuente de botellas contenidas con cascaras de mírame.

Paso las noches como fronteras de arco iris

que me rompen los sueños de no tenerte.

Me caen pétalos, hojas,

semillas con tu nombre y...no florecen.

 

Me canso de escribirte y se agotan los diccionarios.

Y hay corredores entre mis dedos y deseos en mis manos

que aprietan la forma lejana de tenerte

y hay entre ellos la madera y la atmósfera

de un soplido, solamente un vaho de oxigeno

que haría ruido tremendo al verbo querer.