NADIE, TÚ, YO, NOSOTROS
Nadie sabe qué digo cuando digo te quiero,
porque tú no eres nadie, y porque nadie es tú.
Aunque yo no soy nadie, como nadie te quiero,
que yo no ha sido nadie, y bien lo sabes tú.
Que como tú me quieres jamás me quiso nadie,
lo sé con la certeza con la que sabes tú
que como yo te quiero nunca nadie te quiso,
y que no han de vivirte como en mí vives tú.
Y... ¿cómo no saberlo, si nadie me convence
de que podrá vivirme como me vives tú?
Hay que reconocerlo, sólo somos nosotros.
Que no se nos olvide: tú eres yo, yo soy tú.