Viejo cuaderno olvidado, el polvo ha quemado tus hojas que prometían una gran historia jamás terminada ¿A quién esperas que la continúe, si todas las plumas son diferentes? Te veo con ganas de ser leído, aún conservas esa esperanza, pero estas tan quieto, inamovible como los recuerdos que guardas. Cada palabra era un sentimiento, ¿no es así? Eras un lugar sagrado, un jardín de ensueño que podía ser abierto con la única llave de la palabra escrita. Mírate, te quedarás ahí, ahora, aún cuando tu ama muere.
A. A. ©