Pertenecer
no implica dejar de ser
para ser como los otros.
Seríamos sino reflejos
como espejos enfrentados
alejandonos infinitamente
hasta constituirnos
en una partícula del cosmos humano.
La intrascendencia
de la multiplicación infinita
involucra una voz impropia
y no tiene más peso
que el del propio eco mudo.
Una amalgama de quietud
en constante movimiento.
Homogénea
Almas vagando sin cuerpo
o peor, almas sin alma.
Una comunidad de rostros
sin expresión,
sin voluntad,
sin emoción.
El concepto de pertenecer
no implica dejar de ser
para ser como los otros.
O tal vez pertenezca yo
al grupo de los otros
a los que no nos interesa pertenecer.