Sobre nubes nacaradas, vuelo
extendiendo mis alas al infinito.
Atrapo entre mis brazos vientos de enojo y desidia,
para hundirlos en el abismo de mis olvidos
Cierro los ojos, el sol tibio acaricia mi frente.
Delicados atardeceres traen a mí
recuerdos felices.
Los deseos mundanos adormecidos dan paso a la cordura.
Rompo las cadenas, derribo murallas
que una vez fueron mi fortaleza.
Doy fin a mis nostalgias y tristezas,
enterrándolas bajo miles de hojas secas.
Persigo mi destino,
quién sabe dónde me lleve.
Esquivo remolinos y escombros
Libero mi alma de las oscuras tinieblas.
Abro mis ojos al mundo
gritando con el corazón …
¡¡Aquí estoy!!