FELINA

YA NO QUIERO LAS NIÑAS DE MIS OJOS

Salieron las niñas de mis ojos

a buscar sus  lágrimas al río,

allí en donde yo lloré de enojos ,

por un querer que era el amor mio.

Alli quise ahogar yo mis lamentos,

en las aguas caudalosas de aquel rio,

dejar que se los llevara la corriente

y que desembocaran en las vertientes

de otros rios.

Yo lo amaba con todo el corazón,

enterita le fuí entregando

el alma mía,

se fue perdiendo entre

 las sombras taciturnas,

nunca supe cual fue la razón

para que me dejara en la melancolía,

 sumida en el quebranto y con llanto

a mi que lo quise tanto,

que lo único que hice fue adorarlo.

Ya no quiero las niñas de mis ojos,

ya no quiero mirar porque se ha ido,

de que me sirve si estoy llena de abrojos,

estoy vacia, sin alma, sin corazón, sin vida.

¡Ya no quiero  las niñas de mis ojos!

Ya no quiero mirar más el olvido,

ciega de dolor me he deslucido

en el laberinto de mi hastio,

ya no hay quien alivie

este corazón adolorido,

todo esta lugubre,  sombrio

y entumecidos los sentidos.

¡De que me sirven las niñas

 de mis ojos,

si lo más querido que tenía,

en un instante lo he perdido.

Felina