La distancia puede impedir
un abrazo o un beso
y pone a prueba
hasta al más fuerte sentimiento.
La distancia puede separar
dos cuerpos o un amor
y tratará de terminar
hasta con la más eterna relación.
La distancia puede buscar
que sea su aliado el olvido
y jugará todas las fichas
buscando que caigas rendido.
La distancia puede hacer
que llores sin parar
pero nunca logrará
que no sonrías al recordar.
La distancia puede querer
que te entregues sin pelear
pero jamás derrotará
al que sueña con volver a abrazar.
La distancia puede intentar
ganarte cada batalla
pero, aunque cueste tanto
tú sabrás esperar lo que amas.
Maldita distancia,
de ningún modo vencerás.
C L