Deséame…
Deséame mujer del poema ardiente y dulce…
Deséame para sentir las palpitaciones del amor.
Deséame para estar en ti y en todo tu ser…
Piensa en mi, e imagina mis brazos alrededor de tu cintura,
hurgando las delicias de tu suave y tibia piel.
Seremos un clásico del amor en libros del futuro.
Tú serás la doncella, y yo, el quijote que te desea y te ama.
Ejemplares de nuestro amor, serán corazón y alma
en lectores de la tierra y del universo.
Deséame, para sentir en la distancia la dulzura de tus besos…
Extiende tus brazos y cúbreme con tus caricias.
Deséame, deseo sentir tus tibias humedades.
Deséame, para sentirme un hombre dichoso…
Deseo tu entrega, libre, sin prejuicios sociales.
Llega conmigo a los cielos del delirio…
Allá en el cielo de la alcoba solitaria.
Deséame, para saber de ti desnuda y complaciente.
Vivamos juntos lo que nos queda de vida…
haremos el amor libremente sin miradas extrañas,
te prometo que te amaré cuando tu lo desees mujer…
Seremos pieles, unas en otras…
Serán tus humedades, serán mis deseos…