La muerte va a tropezones
chapoteando entre los charcos
se ha ceñido una corona
sobre sus cabellos canos
Su aliento fétido expande
por las calles y los campos,
nadie la ve cuando pasa
preparando su zarpazo.
Vil, ataca a los ancianos
y se esconde entre los bancos
de los niños de la escuela.
El hombre la está atacando.
En las noches estrelladas
con un cielo depurado
con su mirada de nardo.
la luna la está mirando