Tienen tus ojos el volumen de varios mundos
y labios musculosos
y es posible encontrar en ellos
la solidez de un resplandor
y el liquido cierto de las olas mansas.
Hay en ellos hebras sonoras de besos
y elásticas detonaciones de sombras caídas.
Son túneles directos a la humedad de tu alma.
Escaleras de rosas y aromas que corren
detrás de un acontecimiento que predicas a voces.
Son tus ojos una abertura desmesurada
para silenciar la fluidez de quien te mira.
Y son esos dos adornos
ventanas de un paisaje honrado
que emborrachan y subyugan
y hacer crecer un verbo y callar una sinceridad
ya que es terriblemente corta la comparación
y extremadamente larga la sensación.