Cuando veas a una mujer que ha nacido con alas cuídale y aliméntale sin querer cortar sus deseos, sabiendo que todo el amor que le des nunca va a ser suficiente para que renuncie a sus sueños.
Cuando se tiene a una chica así, no se le pone en cautiverio como figura decorativa a tu antojo; se le deja ser libre, cantar, disfrutar de las aventuras y escribir sus propias historias para que ese amor donde a veces se halle presa lo sienta un hogar.
Cuando amas a una de este tipo, déjala ser ella, no injertes a otra en su sombra ni moldees su voraz apetito de libertad. Ámala tal cual y un día lánzala al viento o hazte de alas para a su lado viajar.
Recuerda que hay mujeres que han nacido con ganas de viento y en algún momento sentirán un deseo infalible de salir a volar.