Escondido en el mal,
me arropé
con el disfraz del bien.
Sicológicamente
la complejidad me invadió,
enajenando
mis sentidos.
Luchaba por ser fiel
a mis creencias.
Mi alma original
se irritó;
el miedo,
el remordimiento,
llenaron de lodo el amor;
mientras la oscuridad
creció a mi alrededor,
arruinándolo todo.
Rodeado
de víctimas pacientes,
abro el telón
de un nuevo amanecer;
las tinieblas lentamente
se desvanecen;
el mundo frívolo
se detiene.
Tengo una eternidad
para volver a empezar.
Cantar,
reír,
ser feliz,
no es una utopía.
El hombre
deja de ser humano;
mientras,
ningún animal
pierde su esencia.
Mi hoy
no puede borrar
el nuevo amanecer.
Todo lo que ocurre
tiene una razón.
Escapo
de los lobos malignos
que me siguen sigilosos.
Abro con fe
nuevas puertas,
nuevos espacios.
Renovación permanente,
crecimiento y evolución;
sigo el camino angosto
de la iluminación.
Soy lámpara encendida
que no se esconde,
para mostrar
esa Luz Mayor
que guía mi sendero.