Si acaso… el amanecer se vistiera de blanco
y un coro de estrellas te meciera en mis brazos
mi sol se acostaría en tu mar
y las huellas de aquel viejo pesar
se habrían de borrar , al marcharse la soledad.
Si acaso… mi sed de tus luceros
pudiera beber de tus aguas cristalinas
entonces yo soltaría mi gemir al viento
para vivir una perpetua alegría.
Y así como un incensario nuestros besos
se elevarían como torres infinitas en sus ecos
con ternuras y lloviznas en secretos
con las rosas de mi alma
junto a tus cantares nuevos.
Si acaso…