En un jardín de luz y color me hirió
el ardoroso fuego de tu verde mirada,
absorto iba por la senda de las estrellas
cuando mi corazón ardió de amor en llamas.
Tu cálida sonrisa heló mis sueños
que de éste a otro mundo me llevaban
y de tus labios ardientes efluvios fluían
que me embriagaron con su fragancia arrebolada.
Mis sentidos perdí ante tu sublime presencia,
mi razón quedó ante tu beldad obnubilada;
el céfiro, los sueños, los aromas, la vida...
todo se diluyó ante esa verde mirada.
Volé con tu mirada, volé con el viento
hacia el reino de la noche y de la nada,
volé por las nubes del espacio y del tiempo
donde mi vida se inundó de luz y esperanza.
En las alas del viento