india poeta

Casaca

Si el destino me regalase una oportunidad más para verte
te llevaría al cilindro de Avellaneda,
gritaría con vos los goles de la academia aunque me parezca una grasada
y te escucharía hablar todo el partido
de la herencia futbolística que te dejo tu viejo.

Y si los minutos pasan y la cosa se pone jodida
te contaría de mi foto familiar
en la que mi abuelo aún vivía y todos teníamos la casaca puesta,
éramos una escalera de hinchas de Racing
que no tenían idea de dónde habían salido tantas remeras.

Y te contaría que cuando era pibita mi tío me prometía todos los días
que cuando cumpla quince años me iba a llevar a la cancha,
pero nunca lo hizo y que por eso yo perdí el amor por el fútbol
entonces mande al carajo a Racing, a las canchas y a las promesas.

Y mientras te hablo notaría tu esfuerzo por no gritar eufórico
tu canción de hinchada favorita.

Y yo sólo esperaría el ínterin
para poder decirte que es así:
o te metes de lleno a la cancha
o te corres para que otro agarre la pelota,
pero que a ningún equipo le sirve alguien que juegue
siempre a medias.