Aldaril

Aitónaris

Quise ponerle al mar un nombre

que no fuera solo terciopelo ni mañana

Una palabra que escondiese en un solo margen

la furia y la grandeza serena del agua

Como si al hablar de tus manos no dijese caricia solo

o de tus labios placer sin más.

Quise un nombre que no se pareciese en nada a nada

como tu piel morena no se parece a la noche

como tus ojos morenos no se parecen a la tierra

que nos mima y nos duerme al completar la vida

Finalmente surgió un rumor vedado que poco a poco

se fue convirtiendo en una palabra nueva

distinta a todo lo que hasta ese momento había oído

Con la inocencia del que lo ignora todo

me atreví a pronunciarla: Aitónaris

y me di cuenta de que a partir de ahora

no podría llamarlo de otra manera

pues ese sería para siempre

su nombre verdadero.