Presiento que mi sosiego se está agotando.
Los latidos de mi corazón están más alterados;
el silencio en mi alma es un huracán
que destroza los cimientos de mi interior...
Ya no veo la calma, la tranquilidad en la
envoltura de mi vida;
todo se me va anudando.
Anaconda gigantesca asfixiando mi energía.
Cuando mi calma se agote, se derrita,
se diluya en mis entrañas,
cuando muera mi paciencia
devora por la furia de esta congoja que
-brama-.
¿Dónde encontraré al sosiego, al silencio,
para que calme esta tirantez de mi aliento?.
Cuando muera mi prudencia
y deserte mi valor,
cuando el ogro de mi llanto
me sacuda hasta romper mi quebranto.
¿Dónde encontraré la calma para seguir
caminando?...