Me levanto entre el polvo y me pregunto:
¿dónde está el cigarro que aún no enciendo?
¿dónde está el café que aún no bebo?
¿dónde están los labios que aún no beso?
¿Dónde?
Persigo alacranes de fuego,
sueños torcidos y pinturas en blanco;
persigo, persigo y capturo promesas frías,
horas caducas y oscuros recuerdos;
capturo, capturo y aniquilo siluetas en vano,
voces distantes y corazones vacíos.
Seré muerte. Soy vida. Fui polvo.
Me detengo entre la chispa y me pregunto:
¿dónde está el minuto que me verá morir?
¿dónde está el forense que abrirá mi cuerpo?
¿dónde está el ataúd que será mi última casa?
¿Dónde?
Observo dudas encendidas,
horizontes rasgados y jóvenes envejecidos;
observo, observo y evoco rostros amorfos,
cuerpos calcinados y gotas sucias;
evoco, evoco y olvido almas inquietas,
jueces malheridos y guillotinas sepultadas.
Seré polvo. Soy muerte. Fui vida.
Me elevo entre la luz y me pregunto:
¿dónde está la época en la que volveré a nacer?
¿dónde están los padres que me arrullarán?
¿dónde está la partícula que fui, que soy, que seré?
¿Dónde?
Seré chispa, soy polvo, fui muerte,
pero nunca,
nunca seré olvido.
-J. Moz