En un balcón.... viendo la madrugada celeste
y pensando en ella.
Cariño, yo podría darte un mundo de amor,
sin ningún infierno, pero yo seré tu demonio,
y entre brisas nos cuidaremos los dos,
y subimos a nuestro paraíso de besos.
Intento romper el cristal de tus enojos,
si yo podría, hasta rompo el llanto que tienes,
lo convertiría en caricias, en locuras,
y mostrarte el paraíso que tanto deseas.
Te amo tanto, y odio que no me tengas,
para mostrarte un millón de cosas,
para ver tus tristezas, tus enojos, tus felicidades llenos de júbilo,
y protegerte como la única clavelina en mi mundo.
Te aprecio tanto que nos enfermaremos de cariño,
y que nuestro remedio sea besos y placeres,
y si hay un remedio fuerte, que sea nuestro amor,
y si no hay un remedio, viajamos a nuestro paraíso de besos,
y disfrutamos nuestro idilio de amor,
y me enamoraré más de tus ojos ávidos llenos de dulzura,
por eso es que por dentro de mi grito y grito,
que jamás te marchites.
Y Que esos lindos labios y tu rostro de avena
sean para yo admirarlos.