En la silenciosa oscura y fría noche en aquella habitación me encontre, solo con la imaginación ruidosa en mis pensamientos, despierto en la media noche, una noche que torno a darse en lo que podría ser la misma rutina de todas las noches, a ser la mejor locura de todas.
En el inquietante momento de aquel desveló, con las pupilas activas padeciendo de lo que podría ser un total insomnio, y las completas ganas de aparecer en los brazos de aquel amor fantasioso.
Pidiendo algo con tantas ganas, de momento no imaginé que llegaría, era ella, diosa enigma que me transporto, que de ese encierro me sacaría y que por toda la noche me secuestraria.
Llevándome lejos, haciéndome tocar el cielo, llenando mis segundos con tiernos momentos, viendo su sonrisa y sintiendo sus besos, sintiendo su alma y su cuerpo, viviendo lo que fue nuestro gran encuentro y perdiendo por completo el sentido del tiempo, tan solo abrazando su cuerpo y durmiendo amaneci sonriendo de aquel mi gran secuestro.
Henry Ruiz
10 DE JUNIO 2020
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