A mis padres "Morir sin perecer, es eterna presencia." Proverbio Chino
Mirada constante en tu natural distante,
queridos y tiernos siempre esplendorosos,
Cerezo en cálida compañía de dos amantes
que a tu lecho amor eterno ofrendaron
Cuando nupcias contrajeron a un naciente Cerezo adoptaron,
símbolo de un juramento más allá de todos los cielos,
a tus flores y aromas adornabas fervientes pasiones
de dos compañeros fusionados en efusiones
Al compás de tus ternuras encrespadas color rosa a púrpura ella cantaba
mientras él observaba, en delicadeza de aquella su bella dama,
fueron pares en mazos en comienzo de primavera
que sobre ramas mantenías desnudas
Pámpanos al rojo casi bruno,
prosperadas y nervadas que a color verde provoca,
culminando en otoño en melódico rojo.
El tiempo franquea y con ello los amantes en savia,
él por destino junto a las estrellas,
observa ahora a su amada
quien yace sola en firmamento junto al Flor del Cerezo
A Kimono de seda viste,
engalanando en paisajes su tristeza,
mirarte en lejanía resulta un desconsuelo
de la Flor del Cerezo ya solo queda ella,
en infinito dolor silencioso que en ruido culmina en eco
Es en abundante llanto en soledad
que en tu memoria subsiste el beso plasmado
como aquella caricia desvanecida,
candor de la mirada al deseo,
noches de perversa alegría,
son recuerdos del viejo cerezo,
promesa de amor de mis padres,
eternos cerezos amantes.
Clavel Rojo
© Alejandra P. Rodríguez Espinosa. Todos los derechos reservados