Anton C. Faya

R E C U E R D O. . .

 

RECUERDO ...

                               a Carlos, a Lauti, a Lucho

                                                                                

Con ella compartimos su ultima navidad.

¡Recuerdo sus esfinges de jamón

que de entrada comimos en familia

hasta por los ojos, sin poder llegar al postre!...

 

No la vi por un tiempo, no dejo de culparme...

¿Porque mi pañuelos que lloran el dolor,

cierran puertas si recuerdan con angustia,

la pronta la despedida del afecto escrito por la sangre ?.

 

Pero un domingo de paseo,

tiempo después, en Altos de Avellaneda,

justo en la puerta de Starbucks

allí estaba, Ofelia, radiante, elegante,

feliz, lucia bastante mas flaca...

La abrazamos con manos infinitas.

-“¿Como estas? - le dijimos.

-”¡Re bien!- nos contesto a puro brillo de alma.

Soñamos ese instante, su breve inmortalidad...

 

Justo a un costado, en silencio,

estaba Carlos, como en el centro de su vacío,

bebiendo sus lagrimas en la sombra,

suplicando imposibles milagros sin lengua...

Vi en su rostro el futuro de oscuras profecías.

Nos dimos besos y abrazos en despedida.

 

Hace ya tiempo, una tarde lluviosa de setiembre,

Ofelia tatuó aire eterno con su ausencia,

su aroma de esencias, su espíritu libre.

 

Llevo el recuerdo de sus últimos días

en aquel rostro de Carlos mutilado de esperanza,

el rostro que sin palabras marchitaba

y lloraba impotente, su amor ya no podía sostenerla...

 

A.C.F-ARGENTINA

JUNIO DE 2020