RECUERDO ...
a Carlos, a Lauti, a Lucho
Con ella compartimos su ultima navidad.
¡Recuerdo sus esfinges de jamón
que de entrada comimos en familia
hasta por los ojos, sin poder llegar al postre!...
No la vi por un tiempo, no dejo de culparme...
¿Porque mi pañuelos que lloran el dolor,
cierran puertas si recuerdan con angustia,
la pronta la despedida del afecto escrito por la sangre ?.
Pero un domingo de paseo,
tiempo después, en Altos de Avellaneda,
justo en la puerta de Starbucks
allí estaba, Ofelia, radiante, elegante,
feliz, lucia bastante mas flaca...
La abrazamos con manos infinitas.
-“¿Como estas? - le dijimos.
-”¡Re bien!- nos contesto a puro brillo de alma.
Soñamos ese instante, su breve inmortalidad...
Justo a un costado, en silencio,
estaba Carlos, como en el centro de su vacío,
bebiendo sus lagrimas en la sombra,
suplicando imposibles milagros sin lengua...
Vi en su rostro el futuro de oscuras profecías.
Nos dimos besos y abrazos en despedida.
Hace ya tiempo, una tarde lluviosa de setiembre,
Ofelia tatuó aire eterno con su ausencia,
su aroma de esencias, su espíritu libre.
Llevo el recuerdo de sus últimos días
en aquel rostro de Carlos mutilado de esperanza,
el rostro que sin palabras marchitaba
y lloraba impotente, su amor ya no podía sostenerla...
A.C.F-ARGENTINA
JUNIO DE 2020