¡Oh, vida mía!,
¿por qué me entregas el frío,
entre tentaciones frías de tu piel hermosa?,
que desnudas aquí frente a mis ojos y pupilas,
eres el pecado frío que me rinde a mis pies Luzbel,
cuando arde el frío y la tentación,
para hacer sentir mal a mi corazón,
más no sé si eres mía o no,
mientras tanto espero a amarte,
porque eres mi sol,
el que me das cada día con tus ojos de luz,
cuando arde el dolor,
de un sólo tiempo y con coraje,
cuando soy tan salvaje,
como un león a tus espaldas,
no tientes mi andar,
no sabes que voy siempre al frente,
dejando huellas para usted...