Un Crepúsculo comienza,
un bonito amanecer,
un trabajo por hacer,
un día con luz intensa;
un ser humano que piensa,
un sol que nos brinda abrigo,
un Dios del que soy testigo,
un sueño por realizar,
un deseo de progresar,
un abrazo de un amigo.
Una mañana que nace,
una nueva expectativa,
una fuerza que reviva,
una esperanza que yace;
una alegría que complace
una pena que se olvida,
una energía desmedida,
una bonita amistad,
una gran felicidad,
una palabra hecha vida.
Un camino lento y largo,
un querer vivir la vida,
un amor a la medida,
un despertar del letargo,
un pasar el trago amargo,
un deseo de corregir,
un empeño por servir,
un aprender del error,
un afán por ser mejor,
un anhelo de vivir.
Una vida bien sencilla,
una persona sincera,
una buena compañera,
una siembra, una semilla,
una cosecha que brilla,
una bonanza futura,
una socia de aventura,
una madre p’a mis hijos,
una vida entre cortijos,
una fuente de ternura.
Un fruto de nuestro amor,
un heredero del cielo,
un pájaro que alza el vuelo,
un préstamo del Señor,
un capullo que ya es flor,
un poco de nuestra esencia,
un examen de paciencia,
un milagro y un misterio,
un eslabón de un imperio,
un prolongar la existencia.
Una flor que se abre al mundo,
una frase que corrija,
una heredera, una hija,
una marca, un sí rotundo,
una voz de amor fecundo,
una entrega sin medida,
una paz para una herida,
una prueba de valor,
una lucha sin temor,
una extensión de la vida.
Un ideal a imitar,
un diestro en ensoñación,
un apoyo cual horcón,
un consejo que escuchar;
un sabio a quien acatar,
un guardián de mil secretos,
un experto en vericuetos,
un héroe a quien aún sigo,
un mago y un gran amigo,
un alcahuete de nietos.
Una sonrisa muy grata,
una fuente de ternura,
una poza de dulzura,
una luz, una fogata;
una madeja de plata,
una gema, un gran tesoro,
una genio a quien adoro,
una vida hecha oración,
una carta al corazón,
una gran minita de oro.
Un manantial de bondad,
un poder omnipotente,
un Padre siempre presente,
un ser que es todo verdad;
un modelo de amistad,
un Creador maravilloso,
un Dios todo poderoso,
un oasis que da calma,
un médico para el alma,
un rey misericordioso.
Una sierva intercesora,
una cuna de Jesús,
una custodia, una luz,
una ayuda en mala hora;
una admirable señora,
una fuerza frente al duelo,
una fuente de consuelo,
una mujer muy sencilla,
una vasija de arcilla,
una madre en tierra y cielo.
©EL PEREGRINO…