Ya no es la gravedad
lo que me sostiene en la tierra;
es tu amor
el que me mantiene en ella.
Ya no es la luz del sol
la que calienta mi cama y me da calor;
ahora son tus manos
las que me abrigan, con miel de amor.
Ya no es el espejo
el que me permite ver mi rostro feliz;
son tus hermosos ojos grises
en los que me reflejo hasta el fin.
Ya no es la brisa
la que mueve mis cabellos;
son tus dedos
los que se enredan en ellos.
Ya no son mis miedos
los que me quitan el sueño;
es tu cuerpo pegado a mi cuerpo
que desata los deseos plenos.
Ya no es mi risa
la que despierta tu alegría;
es tu sonrisa la que eleva
y cristaliza la mía
Ya no son mis brazos
los que se abren para un abrazo;
son los tuyos
los que me llevan a un remanso.
Ya no pienso que estoy sola;
te tengo a ti, con tus besos
tus caricias, tu calor
y hasta a tu sombra.
Yamila.