Llueve la primavera
en sus azules...
y mil mares no caben
en su revuelo,
de lirio...
la alcoba del delirio,
donde renace...
la rosa de sus huesos,
amor que naces
de un suspiro...
y de labio deshaces
su recuerdo,
espada...
encarnada de lujuria,
en la brasa...
innominada
por su beso.