Garvel

Pesares para un bastardo

Pesares para un bastardo

 

Rarezas han caído entre nosotros,

quienes lidiamos con su temple

 y su fragilidad.

 

Melancólicos y alcohólicos.

 

Padecen de esas ausencias amorosas

 que no curan las mejores madrugadas

 ni los peores sacrificios.

 

Demonios atrapados por alguna musa

 o una prenda que les destiñe la sien

 y sus canas.

 

Se pierden entre la gente, estando

invisibles se ven mejores, murmullan

sobre la ciudad, los duendes, la guerra

 y el sexo.

 

Fuman desaseadamente, incansables

se ahogan como pequeñas moscas

en el azúcar.

 

 Saltan desde la terraza con vagos

imaginarios, caminan atravesando

desgarrados espectros y aspectos.

 

Se sienten ungidos   dándole

alas a cada palabra, endiosando

su ego y arrogancia.

 

 Apestan a desmanes de aventuras.

En días de fiesta se enlutan.

 

Podrían ser tan sinceros que sus

mentiras son románticas verdades.

 

 Encampanan con la tinta minuciosa

 y perfecta del mito. Derriban gigantes,

 asaltan palacios, alcanzan lo infinito

  pero nunca tienen paz.