Dios omnipotente, no fue ni será como el hombre jamás.
Es una esencia que vive a través de los sentimientos...
Yo les digo
¡Qué humillante es el destino y vacío el deseo!
¿Dónde se nace con ilusión?
Aquí se pierde hasta el sabor del néctar
que hace la flor, la sutil belleza del amor.
¡Qué traidora es la agonía y doliente como la desilusión!
¡Por fin siento coraje!
Vivo, siento, doy gracias al cielo.
Con una sincera sonrisa,
a este mundo y su tedio, les pregunto…
-¿Por qué cortapisan con fronteras y religiones?
¿Por qué menoscaban la conciencia y la ilusión?
Si lo apremiante es la vida y el amor.
Con sincera voz les digo...
¡Adelante! Dios está y estará siempre,
aunque nosotros, lo echemos al olvido.