Ahora tendrá que hablar nuevamente de su vida,
se lo impone el sufrimiento,
el tiempo que está viviendo.
Volverá a escuchar los gritos desgarradores
de su locura perenne,
la miserable tendencia de escapar a la sombra
de sus problemas cotidianos...
Las iniquidades de sus lágrimas navegaban
por anchos laberintos oscuros de tristezas,
llenos de fango, de trémula miseria.
La saciedad de su semblante enrojecido
por tantas penalidades la envolvía en destellos
giratorios de lamentos incontables.
¿Cómo podría pasar? se preguntaba...
La vida la había machacado con frecuencia,
la había sepultado en galerías de espinas
con grilletes lacerados de falsedad corrompida.
Tal vez vivió reprimida, escondida de la pura
- realidad-
agazapada en sueños de enajenación y lágrimas
-de coral-.
Mas su Karma le decía que tenia que seguir,
avanzar por sus temores,
destruir cualquier quejido para poder encontrar
-la fuerza de su energía-.
Su libertad verdadera...