A J.R.
¡Que calle!
¡Que no te llame!
No lo escuches...
Mi ópalo clama por ti y aún no es medianoche.
Y llueve afuera
y llueve adentro;
y llueve sal
y llueven perlas
en la espera
que acaba
cuando apenas comienza.
Te grito hoy con mi sinvoz,
mas con mi voz
no se acalla la magnolia
ni se consume en la aurora.
Es día ya
y yo,
sigo luna.
Dos excusas
te buscan inconmensurable.
Quieren parecerse a las tuyas
y van cortas, torpes,
excavando entre rastros de tu aroma
pero no alcanzan
el final de la locura...
Reboza la copa
sin tu llenura.
Óleo y llama que inflama
un pabilo siempre encendido.
Vienes y vienes.
Voy y vengo:
de ti,
a ti,
en ti... sin ti.
Va a ti, luz. Noche de mayo.
P.D. Ignórame. El teléfono dormita en la almohada.
Yamel Murillo
Cartas de Amor sin flores y sin mensajero ©
D.R. 2019