Habitan en figmenta, en cada palor,
son el momento cumplido del amor;
luz cual instante de pasión y desvelos,
el beso que nunca dará sus consuelos,
el nunca llegar del perdón de los cielos,
la franqueza anhelada y no los camelos;
de la incertidumbre todos los empeños,
del miedo atroz solo fragmentos pequeños.
Son doseles del cielo y la calma en flor,
paraje feliz y atestado de amelos,
todos ellos son y serán solo ensueños.