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Reproches
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Hoy, envuelto a sentir, el desmayo, la tristeza, la soledad,
El desespero, el abandono, y, la agonía, de estar de nuevo, sin ti
Por qué Hoy, tú has vuelto, a marcharte. Hoy tú, de nuevo Has abandonado mi corazón.
Si amor mío, Te marchaste de viaje, dejando a tras una polvareda,
De soledad de tristeza, y aburrimiento, en mi, hasta el estreno
De que dar agobiado, por el dolor que me produce tu ausencia
Por eso hoy, he vuelto a sentir la necesidad, de volar y volar
Hasta que mis ojos puedan divisar, la maravilla y la majestuosidad
De tu hermoso y elegante cuerpo. Iré guiado por el resplandor
Que desprenden los luceros de tus lindos ojos
Hoy, he cerrado mis ojos, y dejando volar, la imaginación
Salvando todos los obstáculos, que nos depara las distancias
He remontado las nubes, y allí cerca del mar y el rio Ebro
Estabas tú, dando belleza al paisaje con tu exquisita hermosura
Y es que donde quieras que estés tú lo inundas todo
Con tu sonrisa, que tiene tal luminosidad, que lo convierte todo en belleza
Y, o, amor mío, de nuevo te he sentido entre mis brazos, de nuevo he sentido la dulce sensación, de estar acariciándote, he sentido la suavidad de tus manos
El fuego de tus besos, la presión de tus brazos, y he escuchado tus duces y sosegadas palabras.
Palabras de amor, que palabras, Dios mío, que dulzura, asentido tus palabras como un canto celestial, que me calman, que me adormecen, que me extasían. Como si de una droga se tratara. Y es que tu amor vida mía, es como una droga para mí, una droga
Que se ha metido, en mi mente, en mi sangre y en mi piel.
Que me apacigua, que me domina y me relaja, como un baño se sales prohibidas
Que me hacen, sentir frio y calor al mismo tiempo, como al cachorro
Que necesita el pecho de su madre, para dormirse acurrucado
Es entonces cuando, cierro mis ojos, y duermo, duermo, apacible mente
Como si en realidad, estuvieras a mi lado,
Es entonces, Cuando te siento mía, mía, y yo tu yo, tu yo, para siempre
Como si en ese momento, no existiera nadie más en el mundo
Porque solo en mis sueños, veo todo lo bueno, que nos depara nuestro
Amor, este amor que me duele de tanto como te quiero. Pero que no te tengo con migo.
Perdóname mi dulce amada por estos reproches que tú no te mereces.
Joaquín Méndez