Miguel Ángel Cisneros

El encuentro

Entre los dolores por fracturas y

quemaduras de sol, la brisa

arrastra lentamente, muy despacio,

a los árboles y sus despojos,

al encuentro fraternal con

el caudal del río y sus meandros.

 

Las piedras comprenden

cuan infalible es el tiempo

y, aunque se resisten,

los dejan pasar, a veces,

construyendo puentes

para que lleguen más rápido

o diques para que no

se alejen demasiado.

 

En un muelle, a la distancia

intento ver el espectáculo,

pero ningún humano tiene

cómo comprar el boleto

para tan espléndida función.