Esos labios renuentes
como armadura de pasión
silenciada en el umbral
de un abismo ampuloso de deseos.
Esos ojos con indecible coqueteo
simulando espejos llenos de luz
donde deseo contemplar una esperanza,
se pierde en el azul infinito de tus ojos,
convertido en el vacìo efìmero de mi tristeza,
mis candorosos artilugios
no ganan atención alguna,
declino a ignorar su indiferencia.
Lejana.
La monotonìa ha sublimado mis instinto,
cuando la prudencia dice que solo eres
el amor que imagino.
Eres ese abrumador consuelo que miro
con insistir vano.
Rodrigo Rodríguez - 2020 (Romo)