Todo me conduce a ti, lo que como, lo que toco,
la suavidad de mi sofá, el calor de mi chimenea,
los vendavales que tiran piedritas hacia mi balcón,
mi entrenamiento de día a día para ser un desquiciado,
y el berrinche de mi oprimido corazón,
todo se transforma en una nave que vuela hacia un país,
y me lleva a tu sensual geografía,
y sin embargo si tú puedes vivir sin mí,
dime mujer, y yo, ¿qué te diría?
no puedo obligarte a dejar de pensar así,
si acaso los ventarrones que ondean mi estandarte te cansan,
si sientes que las cosas conmigo simplemente no se dan,
si decides pasar de largo, y dejarme en este bosque ,
si mis ramas se quedan por ti a la espera,
buscaré otros territorios para plantarme,
buscaré nuevos soles, pero no esperes tú, que no te ame,
entiendo que decidas mantener tus labios lejos de mí,
incluso que descubras que realmente no quieres amarme,
pero si acaso te sientes atraída a mi caos,
si el aroma de los pétalos me buscan dentro de tu boca,
vuelve a mí, y como yo, transfórmate en una descontrolada,
que si vuelves, la tenue llama en mi ombligo alimentarás,
y resurgirá la llamarada que vive en mí,
para amarte, cada vez, más y más.