Y no puedo dormir,
pensando que perdí la vida,
sintiendo que mis latidos disminuyen
y como mi cuerpo pierde su fuerza,
mientras corren por mis mejillas
gotas saladas a la almohada
y desde mi corazón se escucha
la canción más triste del mundo,
aquella que bailamos juntos,
que cantamos juntos,
fundiendo de esa manera
mi tristeza con el dolor, físico y mortal
y sumida en la desesperación entendí
que ya... Ya te perdí.
A