Gaviota pasajera,
sobre espumas crespas,
alma mezquina con un manto de luz
trémula de planos nostálgicos.
Álamos desolados de viejas lluvias,
de nuevos atardeceres,
virutas de mar,
rima estancada entre relentes.
Un nuevo amanecer conjugará el preludio
de un tiempo que pasa y no me habla,
busco en el castillo de la sombra
las fuentes cristalinas, las marañas elocuentes.
Sensorio grotesco, ya no hilvanas
el sol eclipsado por el crepúsculo,
barricadas en llamas, mutuo suspirar,
el tiempo nos ha arrebatado
las parodias de coraje.
Azogue suelto,
noches astilladas sin estrellas,
como una cuerda en el cuello,
se habían tatuado los resquicios del ocaso.