Matias 01

¡Adiós!

¡Amor!

Mar oscuro arriba,

golpe de soledad lacerante, abajo;

Suspiro desclavado de una cruz,

aire vago, espíritu que se libera,

luz azul de alma que cruza,

veloz,

al corazón apocalíptico de Dios,

esta noche.

 

La hora es tan fría esta noche,

que el minutero cojea

en soledad

y se ha arrimado

a mi candente dolor de corazón;

 

Todo va quedando vacío,

los huesos en la cornisa,

mi vida como precaria isla de fe con su hastío;

Toda la tierra es una boca

que se ha dormido

con sus cerrojos de dolor.

 

Vigilia encadenada,

lagrimas de amor con su bárbaro silencio

y punto final;

Demasiada muerte

para tan poca vida…!!

 

¡Oh agudo cáliz de dolor!

Voz quebrada contra lo inapelable, trago amargo

en lo fatal;

Hondo quebranto

hebrándose adentro, con el silencio ahogado

en la lluvia que vuela

como enlutada bandada de pájaros

de mal agüero.

 

Lloran versos

en el crepúsculo de este diciembre

que se va.

¡Oh Señor, qué haré con mi soledad!

¡Qué haré conmigo mismo!

¡Qué haré con mi corazón!

Arde apenas una luz

y es horrible

porque no alumbra

la ceguera de esta noche.

¡Oh señor, demasiada muerte

para tan poca vida…!!