La vida y la muerte sólo están separadas por una idea...
La de cada quien
Para entonces, ya estaré muerta,
habré recorrido el camino,
escalado la montaña,
vivido el pasado
e ignorado el futuro.
Será hasta entonces,
cuando incline la cabeza
y no por vergüenza,
sólo para descansar,
un instante y continuar.
No me rendiré ni lloraré,
será entonces cuando,
de mi alma se escuche
el grito final.
Para entonces,
volveré a nacer,
libre y sin prejuicios,
con mejor conciencia,
capas de amar,
con la intensidad
de un solo mecanismo,
con el mismo impulso
y más entusiasmo.
Pero no al hombre,
no al sueño;
si no, al instante mismo,
que se va creando,
como hoy,
pero en distinto cuerpo.
Para entonces;
mientras, seré yo,
mientras, pensaré en hoy,
después,
después ya llegara,
es lo de menos,
no importa.