Mi rumbo junto al tuyo un día se desvaneció,
los recuerdos y nuestras vidas se fueron por caminos diferentes,
sin dejarnos siquiera un adiós hiriente o al menos una llama ardiente.
Un día cualquiera en el ruido de la ciudad alguien se cruzó,
se hizo cercano aquellos ojos con color inspirador,
de nuevo la vida nos junto, pero esta vez como dos extraños que no se reconocen desde hace años.