Miguel Ángel Cisneros

Memorias líquidas

Destilando memorias,

las botellas enternecen

sus propios cristales,

mientras los labios

aguzan sin calma

la barca ya naufragada

de las penas que se creían

inscritas en el basto

prontuario del Leteo.

 

Las penas regresan,

no sin antes enviar

misivas y sufragios

declarando un pésame

adelantado a quienes

las han revivido.

 

Como huéspedes displicentes,

se instalan en el ático sin pagar

por los servicios de hospedaje y,

se niegan a ser desalojadas,

porque cuando las botellas

se consumen y las nubes no

sostienen por completo los rayos

del sol; es imposible encontrarlas

de nuevo. Se han desvanecido.